De los lunares
En 2016, en el marco de una investigación más extensa sobre la turistificación de Sevilla, realicé un mapa de la ciudad donde se localizaban los tablaos y clubes o peñas de flamenco de la ciudad. Un mapa que no era mudo y que como base contenía las zonas turísticas, que había delimitado según otros criterios1. En resumen, puedo decir que, con alguna excepción, se detectó una relación directa entre las zonas más turísticas, o turistificadas, y los tablaos flamencos, mientras que las peñas y clubes se localizaban en los barrios residenciales ubicados, si no en la periferia, al menos sí al margen del epicentro turístico.
Este trabajo de mapeo se hizo como parte de la comprobación de una hipótesis: el turismo estaba reconstruyendo, e incluso desvirtuando, la identidad de Sevilla. Y durante el proceso surgieron algunas dudas como: ¿Estaban los tablaos “vendiendo” una versión del flamenco adaptada a lo que los turistas esperaban ver? ¿Se estaba escenificando la identidad de Sevilla y del flamenco en aquellos tablaos? ¿Se estaba recreando un producto Sevilla hecho conforme a la imagen de Sevilla que los turistas tenían? ¿Cómo, quién o qué estaba decidiendo qué creían esos turistas que iban a encontrar en Sevilla antes de visitar la ciudad?
Sin entrar a responder estas preguntas en este post, sí que dejaré un dato: la presencia de lunares (tanto en la cartelería, como en las prendas de vestir de las personas que cantaban y bailaban) era mucho mayor en los tablaos que en los clubes o peñas flamencas, donde prácticamente no existían.
De esto podemos deducir que la identidad de una ciudad se construye por diferentes caminos y con diferentes protagonistas, pero ¿qué es realmente la identidad de una ciudad? ¿Cómo se delimita? ¿Cómo se construye y reconstruye? ¿Quiénes son sus principales actores?
Al city branding
En el contexto de los procesos urbanos, hablar de identidad es hablar de una construcción cultural y social mediante la que la población de una ciudad se reconoce en ciertos elementos comunes. Es hablar de simbología, de representación y de tradiciones y costumbres, pero también es hablar de lo cotidiano, de los espacios comunes, de lo habitual, de lo diario o de lo público.
Cuando una ciudad, o unos profesionales, se enfrentan al ejercicio de definir su marca y rediseñar su identidad visual, se realiza en primer lugar un ejercicio de análisis y reconocimiento de puntos de vista e intereses -culturales, económicos, sociales…- , y en segundo lugar, un proceso de síntesis y definición que debería representar al mayor espectro de población -y por tanto de intereses- posible, pero que en muchas ocasiones viene condicionado por los intereses y actores principales -muchas veces el turismo o la competitividad- que son los que dictan la marca/identidad que la ciudad debe ofrecer al mundo.
¿Dos identidades?
Por tanto, estamos hablando de que las ciudades tienen dos identidades -que a su vez se manifiestan de múltiples formas-, una que es la identidad como constructo social y la otra que es la identidad que la representa como ente-marca. Dos identidades que deberían estar alineadas e ir en consonancia para mejor salud de ambas, pero que en ocasiones presentan disonancias que provocan, entre otros males, que la población no se vea identificada con la marca ciudad, sino que la perciba como algo impuesto, y termine rechazándola. Abocándola al fracaso.
- LA PRIVATIZACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO EN LAS ÁREAS TURÍSTICAS DE SEVILLA https://riuma.uma.es/xmlui/handle/10630/17090